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Marta Mariñas

Arantza Sinobas, apasionada y apasionante

Actualizado: 14 mar 2019


Había una vez una actriz que aunque de japonesa no tiene nada, un país con películas como Rashomon o Los siete samuráis conquistaron su corazón. Ella es capaz de ser presentadora de televisión, de radio, actriz de cine, de teatro e incluso dibujante, siempre defendiendo la expresión, de la forma que sea. Ella pone su máximo empeño en todo lo que hace y los años demuestran que es toda una profesional. Aunque estudió diseño, la televisión ya entró en su vida desde bien joven y no hablo de sus inicios en el programa de 3X4 con la mismísima Julia Otero, sino de cuando era una niña, que es cuando ya enseñaba de lo que era capaz, que en este caso, podía hasta ser al mismo tiempo tanto la entrevistada como la entrevistadora.


Es toda una referente en el mundo de la televisión, habiendo sido llamada "la pequeña Milá", todo un orgullo para ella. Las palabras de Constantino Romero, en sus principios le hicieron reconciliarse con su voz, ya que, no la veía bonita, pero el hombre que puso voz a Darth Vader la sacó "del lado oscuro de sus pensamientos" e hizo que incluso hiciera cursos de doblaje y trabajara con su voz.


Apasionada y apasionante, no la podría definir mejor, Arantza me recomendó que luchase por lo que más quería y que no dejara de trabajar, quien mejor que ella para demostrármelo y agradeciéndoselo con algo que le llene de verdad, le digo "arigato", palabra que le diría cualquiera que haya disfrutado de momentazos en programas como El factor humano o El topo, porque Arantza es, historia de la televisión.


- ¿Imaginabas conseguir todo lo que has hecho?

Por un lado si, porque cuando era pequeña yo solía hablar a la pared imaginando que había alguien allí escuchándome, soñando incluso que pudiera haber muchísima gente viéndome. Algo que también solía hacer, era entrevistarme a mi misma mientras iba en bicicleta y, yo creo que ahí es donde estaba la semilla de todo lo que iba a venir después.


- ¿Siempre tirabas más por la rama de la comunicación o por la rama de la interpretación?

Yo no he sido consciente de esa separación y de hecho, a lo largo de mi vida profesional me daba mucha rabia que me preguntaran que era realmente. Somos muy de etiquetar y solo atribuimos a una persona una sola casa, cuando todos tenemos muchísimos talentos. Yo soy una periodista por acción, por experiencia, pero no por estudios. Yo estudié diseño de moda y estilismo y estuve un tiempo en ese mundo, quiero decir, a mi me parece que cuando alguien tiene una dirección, como es en mi caso la comunicación, al final todo va por ahí. Siempre he visto un nexo en todo lo que he hecho y siempre ha sido la expresión. Cuando la gente me dice que he hecho muchas cosas diferentes yo pienso que no, todas se basaba en expresar.


- ¿Por qué estudiaste diseño de moda y estilismo en vez de otra carrera?

Yo nací en un pueblo pequeño de Guipúzcoa y, en aquel momento, en los años setenta, no había tantas cosas para poder hacer como ahora. Antes se podían estudiar las profesiones de siempre, de hecho, yo empecé estudiando derecho y en el primer año, y me doy cuenta de que no es lo que de verdad quiero estudiar. Un amigo mío me decía que posiblemente yo quería ser como los abogados que salían en las películas, es decir, unos abogados que tenían poco que ver con la realidad de la abogacía y viendo que tenía razón, busco una salida. Yo pintaba muy bien y busqué un camino ligado al dibujo, porque en ese momento no sabía ni que la carrera de actriz existía, aparte que decir en mi casa que yo quería ser artista era algo totalmente inviable y entonces me decanto por el diseño de moda en Barcelona. Decidí dar este paso principalmente porque en Zarautz, un pueblo cercano a Donosti, que es donde estudiaba derecho, conocía a una señora que tenía su propio taller de diseño y le enseñé algunos de mis dibujos para ver si yo valía para dicho oficio. Ella me dice que sí y es la que habla con mis padres para que yo pudiera cambiar de carrera. Decidí finalmente irme a Barcelona, que era donde estaba la escuela que más se acercaba a lo que yo quería y además, me parecía más completa.



Arantza Sinobas en La que se avecina
Arantza Sinobas en la serie La que se avecina

-¿Qué hizo que allí empezaras a trabajar en un programa como 3X4?

Una de mis compañeras de clase estaba trabajando en una agencia de modelos y ella vio una serie de fotos que yo me había hecho anteriormente para algunos trabajos de cuando era más pequeña y, un día, sin que yo me diera cuenta, me coge esas fotos y las lleva a dicha agencia. Allí le dicen que modelo de pasarela no podía ser, pero de publicidad y fotográfica sí. En otro momento, esta compañera me dice que tengo un casting y resulta que era para un programa de televisión. Me cogieron nada más hacer la entrevista y yo, al recibir la aprobación de uno de los productores, le dije que imposible, no podía aceptarlo.


-¿No te veías capaz de hacer algo así?

Si me veía, lo único que yo estaba aún en la carrera, me quedaba un curso para terminar y estaba metida en otras cosas, no veía el hueco. Al cabo de un tiempo me vuelve a llamar uno de los productores insistiendo para que acepte y, al contarle por qué he dicho que no, me dice que esos problemas se iban a solucionar. Efectivamente, el programa se emitía en el único momento que estaba libre en todo el día y además, el plató estaba a dos manzanas de mi casa, por tanto, podía hacer el programa.


- ¿Se lo contaste a tus padres?

Por aquel entonces ellos ya sabían que había estado metida en cosas relacionadas, pero evidentemente lo del programa en directo era algo nuevo para ellos. Nada más llegar allí, me di cuenta de que eso era lo mío, estaba segura. Acababa de descubrir mi pasión y a partir de estos momentos, empiezan a pasar una serie de cosas que fueron el punto de inflexión en mi vida.


- ¿Qué crees que fue lo mejor de esta primera etapa?

Tantas cosas... Sobre todo lo bien que me sentía en esos directos. Tenía una equipo a mi alrededor con el que me lo pasaba genial. Conocí a un montón de gente que me abrió mucho los ojos y que me dio mucho valor y mucha autoestima, entre ellos, Constantino Romero. Él me da alas para ser un poco más creativa en mi actuación, porque normalmente yo era una azafata y en ese momento, cuando él llega, empezamos a diseñar nuevas formas de hacer diferentes cosas en el programa y además, es él el que hace que me reconcilie con mi voz, porque a mi no me gustaba mucho. Constantino me hace ver que tengo una voz femenina maravillosa que es un tesoro, enseñándome ejercicios para colocarla bien. Él hace que mi autoestima, tanto personal como profesional, suba, provocando que esté cada vez más convencida de que es eso a lo que me quiero dedicar.


-¿Cuánto tiempo estuviste en Barcelona en ese programa?

El programa duró un año con Julia Otero y acaba con ella debido a que le ofrecen otros trabajos teniendo que dejar este puesto. Cuando llega Isabel Gemio, el programa sufre una remodelación en todo para que tenga una cara nueva solo para ella. A las azafatas las quitan, pero a mi deciden dejarme ayudando a los invitados que vienen al programa. En Barcelona vivo durante ocho años. De allí, me marcho a Madrid para hacer un casting que aunque no me cogen, yo ya me quedo, provocando que empiece una nueva etapa de mi vida.

Arantza Sinobas en la serie Centro Médico

- ¿Cómo fue tu etapa en Madrid?

Allí hago trabajos de todo tipo, especialmente de publicidad y es donde conozco a mi actual representante Olga Lorente. También hice alguna serie y una obra de teatro de Shakespeare que tuvo muchísimo éxito. El año 2000 fue muy importante en mi vida por esta obra de teatro que la seleccionaron para el festival de Almagro y además, recibimos la primera crítica de Enrique Centeno, que solía ser muy incisivo en cuanto a sus opiniones, pero nuestro montaje le gustó y destacó a tres del elenco y una de ellas fui yo, todo un honor. También hice un casting en el canal ETB mientras seguía metida en la obra. Posteriormente, me cogen en el canal Cosmopolitan en un programa de debate que se llama A puerta cerrada y allí, conozco a un montón de gente del mundo de la televisión siendo yo la presentadora.


- ¿Y qué pasó después?

Desgraciadamente mi padre tuvo un accidente, no con el camión, porque era camionero, pero le atropella un cercanías y eso hace que tenga que volver a mi casa, a mi pueblo. Mi madre está destrozada y entonces me quedo allí con ella. Después de ese verano vuelvo a Madrid, hago una serie por internet y al poco tiempo me llaman para un casting en ETB, me cogen y allí me quedo para un montón de años y además, batiendo récords.


- ¿Allí hiciste el programa tan famoso de El topo?

Sí, pero antes vinieron otros. El factor humano se convirtió en un auténtico fenómeno. Fue un programa maravilloso. Era un programa de reportajes muy curioso, estando presentes muchos formatos en uno y a partir de él, surgieron otros muchos programas. En El factor humano se hablaban de diferentes temas, pero nunca eran los de siempre, en cada uno de ellos aparecía el lado más humano de cada cosa. Después de este, viene El topo, que es un reality que se estaba haciendo en otros lugares y me ofrecen en ETB presentarlo a mi, siendo la única presentadora que lo ha hecho, porque antes todos habían sido hombres.


-¿En ese momento la fama llegó a ti? ¿Cómo fue vivirla?

Especialmente en El factor humano, pero en el 3X4 ya la viví. De hecho, incluso aparecí en las revistas del corazón y nos invitaban a eventos para dar premios, lo único que al durar el programa solo un año, la cosa se quedó ahí, no se desarrolló más, y en esa etapa era una fama nacional y aquí, sin embargo, fue algo a nivel más autonómico. El factor humano es que marcó de tal manera que traspasó y posteriormente se puso como ejemplo a seguir en la televisión. Nunca había habido un programa con un formato parecido, era totalmente novedoso. En esta época tuve la suerte de recibir el apodo de “la pequeña Milá”, sacándome incluso parecidos con ella, algo de lo que tengo que sentirme muy orgullosa.


- ¿Quiénes son tus referentes en el mundo de la televisión?

Yo tengo de referentes a Mercedes Milá, Jesús Hermida y luego a Emilio Aragón. Yo siempre he sido muy defensora de poner un sello personal, de enseñar las cosas que pasan con toda la naturalidad. Yo nunca he llevado guion. Cuando los redactores me ponían preguntas siempre decía que no quería, que las hacía yo. Lo que me gusta saber es la historia y a partir de ahí hacer lo mío.


-Ya que has estado tanto tiempo en televisión ¿crees que ha habido un gran cambio en ella?

Eso es un eterno debate que yo no sé muy bien como contestar. Cuando a mi me dicen que hay mucha televisión basura, yo siempre digo que depende de para quien. Lo que si que voy a defender y lo tengo muy claro, es como se ve la televisión. Antes la gente se sentaba a ver la televisión y solo había una, no había más. Ahora hay muchísimos más formatos y puedes elegir que ves. Conozco mucho a Jorge Javier Vázquez y tanto él como la gente que trabaja en los programas que él presenta, me ha enseñado cartas, mensajes, donde la gente decía una y otra vez que los únicos que son capaces de darles alegrías son los que hacen ese tipo de programas, es decir, a veces lo que tachamos como televisión basura. Ese tipo de televisión está haciendo un papel muy importante en la vida de algunas personas. Si esos programas están ahí es porque la gente los ve. También es cierto que hay muchas personas que en público dicen que no los ven y luego lo hacen, resultado de que la televisión es uno de los ambientes más privados que hay. Hay mucha hipocresía en esto. Yo soy una defensora absoluta de la televisión.



"Soy una defensora absoluta de la televisión"

-¿Qué te gusta aparte de la televisión?

El cine me gusta mucho pero sé menos. La radio me apasiona. Es otra forma maravillosa de comunicar, de hecho, gracias a mi reconciliación con la voz que tuve gracias a las palabras que me dijo Constantino Romero, he hecho muchos programas de radio. Me gusta mucho trabajar con la voz. También he hecho estudios de doblaje, he puesto voz a documentales...


- He visto que te gusta mucho Japón ¿por qué Japón?

No lo sé, yo creo que deben existir otras vidas, porque en mi familia a nadie le gusta. Yo me siento muy identificada con Asia, pero sobre todo con Japón. Tengo la sensación siempre de estar en casa y eso que nunca he ido allí.


- Ya es hora de ir yo creo...

Es mi viaje deseado, algún día lo conseguiré. Las series japonesas y el dibujo también me gusta mucho. Todo lo japonés tiene una conexión máxima conmigo misma, es una cosa que no puedo evitar. Todo ello resuena mucho conmigo.


- ¿No tienes miedo de que cuando vayas a Japón te decepcione?

No, yo creo que no va a pasar. Ahora hay muchas formas de conocer los sitios y como soy una loca de Instagram, de todas las redes es la que más me gusta, yo sigo a una pareja de argentinos que viajan por Asía y entre sus viajes está Japón. Ellos han colgado sus experiencias haciendo que haya visto mucho de Japón gracias a sus videos y además, conozco a un montón de gente que a ido allí y me han contado muchas cosas sobre él, por tanto, no creo que pase algo así.


Hay distintas personas que me dicen que como me puede gustar por ciertas cosas, pero yo no estoy diciendo que en Japón sea todo bueno, yo lo que digo es que Japón por lo que sea, conecta mucho conmigo, entonces no me voy a decepcionar en ese sentido. Soy consciente tanto sus cosas buenas como sus cosas malas. Otra cosa que quiero señalar es que el día que me decida a ir, no quiero que sean solo quince días y volver corriendo, quiero ir mínimo un mes.


- ¿No tienes miedo de ir allí y no regresar?

Con eso he amenazado muchas veces (risas). No lo sé, lo mismo lo que me espera es una vejez japonesa.


-¿Qué te aporta Olga Lorente como representante?

Antes de empezar con ella lo que me animó a ponerme en sus manos fue esa valentía, ese no tener miedo a cosas desconocidas y, te hablo incluso de la televisión. Ella fue honesta y me dijo desde el primer momento que no conocía ese mundo, pero me animó en todo momento a empezar si yo lo tenía claro. Puso eternas ganas en seguir adelante con el proyecto. Olga es toda una peleona y saber que tengo a una aliada para tirarnos al vacío e incluso sin saber, me parece una cosa muy positiva y por supuesto, muy de agradecer.


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