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Marta Mariñas

Eba Rubio

Actualizado: 26 dic 2018



La actriz Eba Rubio no para de celebrar buenas noticias en su carrera artística. La obra de teatro En Sevilla hay que morí no deja de colgar los carteles de entradas agotadas y encima ya ha ganado el premio a Mejor obra revelación de Sevilla 2018 ¿Quién le iba a decir a Santa Justa y a Santa Rufina que iban a ser tan famosas por una comedia? Desde luego que ni Eba Rubio, ni sus compañeros creyeron en algo así. Con un motivo tan especial, no podíamos perder la oportunidad de entrevistarla y, de paso, conocerla un poco más.


- ¿Qué se siente al protagonizar una obra de teatro que está teniendo tanto éxito y que está gustando tanto?

Todo esto nace a partir de una idea nuestra, por tanto, me siento muy contenta y muy orgullosa. Hemos sido capaces de darle forma y vida a una historia que está arrasando. Estamos super contentos porque el público está respondiendo de una manera impresionante y mi personaje a mi me gusta mucho, es como darle vida a un personaje de leyenda, ya que, Santa Justa y Santa Rufina son las patronas de aquí de Sevilla y de repente, haberle dado vida de esa forma y que lo hacemos tan divertido y queda tan surrealista pues, ha sido una aventura muy bonita y la verdad es que estoy disfrutando muchísimo.


- Y ¿Por qué decidisteis hacer una obra de teatro como esta?

Esto nace porque en principio lo que hicimos David y yo fue un micro teatro, porque el micro sabes que cada mes versa sobre una temática y nosotros presentamos nuestro proyectito en un mes en la que la temática era Sevilla, entonces, se nos ocurrió hacer algo sobre las patronas de Sevilla, hacerlo desde el humor, desde la simpatía, desde el surrealismo y así surgió.


- Y ¿No pensasteis que un tema como ese, en una ciudad como Sevilla, donde hay tanta religiosidad, pudiera chocar con el público al hacerlo en comedia?

Hay un antecedente, aunque nuestra obra no tiene nada que ver, ya que, va en otra línea, que se llama Estrella sublime, que precisamente habla de una virgen que se le presenta a una camarera en un bar. Es una obra que ha tenido muchísimo éxito, llevan también muchísimos años en cartel, se agotan rápidamente las localidades y el público la verdad es que la ve con un cariño tremendo, entonces, nunca nos planteamos que fuéramos a herir ninguna susceptibilidad. Todo lo hemos hecho desde el respeto y desde el cariño y ni siquiera nos planteamos eso. Los tratamientos que nosotros le íbamos a dar eran desde la comedia y por supuesto, con respeto.


- Lo bien hecho y con humor no puede sentar mal...

A nosotros viene a vernos gente de todo tipo, gente devota, de cofrades y la respuesta común es la de salir el público maravillado porque sobre todo hacemos pasar una hora de risa sin descanso. La gente sale que hace terapia y es que además, nos lo dicen, nos lo escriben, nos lo repiten, tripiten... Hay gente que ha venido a vernos ya incontables veces, es algo que causa como un poquito de adicción a estas dos hermanas contando sus locuras.


- ¿Te esperabas este éxito?

No, que va. Nosotros no teníamos ni idea de esto, de hecho, todo empezó como un microteatro que pensamos que la gente se iba divertir viéndonos y le iba a gustar la idea, pero de eso a lo que hemos generado, yo no me lo podía imaginar y estoy contentísima, estamos todos contentísimos.


- Estás nominada al premio de Mejor Actriz de Escenario de Sevilla, un premio que ya habías ganado en 2014 por la obra Natta ¿te esperabas otra vez esta nominación?

No me lo esperaba porque hay muchas compañeras que han presentado trabajos preciosos. Nosotros esperábamos o Premio Público o Premio Revelación porque nos hemos convertido en un fenómeno. Mi nominación ha sido una sorpresa muy agradable para mí, mi premio es ese. La verdad es que es un personaje muy agradecido, hemos creado un personaje muy divertido, muy entrañable y para la actriz es muy goloso porque es un trabajazo físicamente por todo lo físico que comporta, de compostura, de las caras físicas que tiene ella... La voz también es un trabajo interesante de cambio de registro y el personaje en sí, que yo tiro un poco por el clown, entonces es un personaje que la verdad es que es muy agradecido, muy goloso. Estoy muy contenta también por esta nominación, no me lo esperaba, pero ha sido una alegría.


- Está siendo muy agradecido hacerlo pero ¿prepararlo no te costó mucho trabajo?

El trabajo que siempre cuesta darle vida a un personaje que está en el papel y que tú tienes que imaginar y poner todos tus recursos de actriz para imaginarte como sería ese personaje. Además, ponerte también a las directrices, que esto comenzó como un proyecto mío y de David y cuando surgió la oportunidad de hacer una obra grande, acudimos a Charo Urbano para que lo dirigiera. Ella ha hecho que el personaje mío crezca una barbaridad de lo que era un germen y, ahora es un personaje de enjundia y todo gracias a la dirección de Charo y en eso hay un trabajazo. En el proceso hay cosas que cuesta hacer, que cuesta llegar, pero eso es lo bonito de cuando el actor o la actriz se enfrentan a un personaje y tienen que darle vida e ir soplándolo poco a poco para que cobre volumen, dimensiones y se vaya llenando de cosas. El proceso que tienes cuando un personaje luego es potente, es un proceso duro porque hay que buscar mucho, hay que explorar y hay también que prescindir de cosas que no valen. Es una cosa bonita, emocionante y que también es dura y difícil.


- Las obras en las que más éxito has tenido que han sido, En Sevilla hay que morí y Natta, han sido dos comedias, entonces ¿eres más de comedia que de drama?

No te creas, yo también he hecho tragedias, he hecho Yerma, Antígona... Pero yo me muevo en un registro extremo porque por mis características como actriz puedo estar perfectamente en el otro extremo. A mi lo que pasa es que la comedia me gusta mucho. Hacer reír es muy difícil. Yo creo que es más complicado hacer reír que mantener al público es una historia dramática. Entonces, cuando yo consigo hacer reír, que me parece muy difícil, a mi me llena de alegría, porque considero que hacer comedia es muy complicado. La comedia tiene una cosa añadida que es el ritmo. Un personaje dramático puede ser más contenido, pero en la comedia el ritmo es fundamental, si tu pierdes el ritmo, el hilo se va, la comedia desaparece. Esto es algo que el actor tiene que ir manteniendo constantemente y cuando digo ritmo, no me refiero a velocidad. Ritmo es algo que tiene que estar ahí dentro, y es que una palabra dicha un segundo más atrás o un segundo más adelantado, no funciona igual. En la comedia estas cosas las tienes que tener muy presentes para que la comicidad funcione y es complicado. Yo creo que es más complicado hacer comedia por esto, porque hay algo añadido.


- Deteniéndonos en tus compañeros ¿cómo ha sido trabajar con David Sigüenza, Manuel Solano y Charo Urbano?

Para empezar por orden, a David yo lo conocí a través de dos o tres trabajos en los que habíamos coincidido y nos caímos muy bien. Eso nos hizo entrar en una complicidad provocando que nos hiciéramos colegas. A partir de ahí, surgió una posibilidad de trabajo en una compañía infantil y yo me acordé de él y le dije al director que le llamase porque reunía los requisitos que buscaban. A partir de ahí estuvimos trabajando más tiempo juntos y me siento muy cómoda con David en el escenario y fuera de él, porque es un tipo encantador, es muy divertido, tiene muchísima salud emocional y es una persona con la que me encanta estar, tiene mucha luz. Como habíamos empastado muy bien a nivel personal, se nos ocurrió hacer el microteatro porque teníamos ganas de seguir trabajando juntos y de hacer cosas juntos.


De Charo ni te cuento porque la conozco desde que éramos niñas, es una persona que tiene un nervio, un talento, una comicidad sin límites. Charo es un cañón, entonces como es amiga antes que compañera, siempre me gusta trabajar con ella, he compartido también proyectos con ella, hemos trabajado juntas en proyectos de género para una fundación, hemos trabajado con mujeres en riesgo de exclusión... En definitiva, hemos hecho muchas cosas juntas y siempre trabajar con ella es un gozo. Tiene una capacidad de trabajo impresionante y como es mi amiga, funcionamos muy bien desde el cariño. Además, tengo un punto muy parecido a ella cuando trabajo porque, las dos focalizamos hacia un mismo objetivo. Hay una serie de cosas en las que coincidimos en escena que son fundamentales para mí y trabajar con ella siempre es un gusto. 


De Manuel Solano ya ni te cuento, porque he tenido la suerte y la fortuna de trabajar con él en varios montajes y aprendo de él cada día dentro y fuera del escenario. Es un ser extraordinario y tiene una imaginación que yo no sé ni como se le ocurren tantas cosas. Es de los mejores clowns que hay en España y para mi es un lujo tenerlo cerca porque es un niño encantador. Con él hice Natta, que era una obra de dos personajes, él y yo, que somos dos payasos. A los dos nos premiaron como actor y como actriz.


- Si ganar un premio es algo genial, ganar con gente a la que quieres y con la que has compartido tanto debe ser increíble...

Pues imagínate, estoy que no quepo en mi pellejo (risas). Tenemos una forma de trabajar muy chula y los cuatro tenemos energía, cuando nos juntamos surgen cosas muy bonitas.


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